Pedro Martín de Soria:
Osonilla tenía su lugar en la Historia, y diremos que, según Lopearráez, Tomo III, pág. 224, de su “Historia de la Diócesis de Osma”, Osonilla fue de señorío desde 1286, por la donación que hizo el rey Sancho IV al alcalde de Soria Pedro Martín de Soria, de ese lugar, en agradecimiento de haberle presentado la espada Colada, que fue del Cid y de un rey de Aragón. Dado en Toledo, 24-12-1286, confirmada por su hijo, Fernando IV, en 1302: “… por hacer bien e merced a Pedro Martín de Soria, nuestro alcalde, e por el servicio que nos fizo señaladamente porque nos dio a Colada Espada que fue del Cid e del Rey de Aragón, dámosle Osonilla, aldea que fue de Soria, con los pobladores que hi oy son e serán de aquí adelante (…) e con otras cosas anejas al señorío de ella”.
Martín Casado:
Constancia de uno de los primeros vecinos de Tardelcuende 1616
Frontal para Sauquillo de Bonices, 1616.
Figura como testigo en un contrato para realizar el altar mayor de la iglesia del lugar de Sauquillo de Boñices, cuyo autor fue Francisco de Guevara.
Bruno Blanco Castellano:
Fue secretario de Tardelcuende durante varios lustros, hombre afable, sencillo, conocedor de los problemas municipales, fácil a la sugestión extraña en beneficio de la colectividad y dueño de un criterio amplio, de una cultura y un don de gentes nada comunes.
En 1928 en plena aplogía de la localidad, la prensa se hacía eco de la gestión de este secretario, sus acertadas iniciativas y su plausible orientación ciudadana hizo posible la prosperidad y el embellecimiento realmente extraordinarios del lugar.
En su época la localidad llegó a contar con servicios de agua, luz, alcantarillado, lavadero y matadero público, laboratorio municipal, grupos escolares magníficos, pavimentación, acerado modernos, abastecimiento de aguas,alcantarillado, asilo municipal, con dependencias para la Inspección de Sanidad y parque de incendios, se amplió y reformó un puente, se instaló la biblioteca municipal y se fomentó la riqueza forestal.
Los vecinos de Tardelcuende, lejos de pagar impuestos municipales, tenían gratis la luz, los servicios de médico, botica, barbería y las cédulas personales.
Juan Antonio Gaya Tovar:
De acusada raigambre soriana y tendencia liberal: Juan Anonio Gaya Tovar - sobrino de don Guillermo Tovar y como este, médico y republicano.- Ejerció su profesión en Tardelcuende, donde nacieron sus hijos mayores, y luego, en Soria de cuyo colegio de médicos fue presidente de 1929 a 1935. Fue también profesor de higiene del Instituto. Ya el seminario humorístico "la cotorra" - firmados por gerardo diego aunque atribuibles, acaso, a mariano granados Aguirre o a Francisco Soria Montenegro publicada en 1922 estos expresivos ovillejos.
El 6 de agosto de 1929 publica en la "Voz de Soria" un "Manifiesto" que puede considerarse un germen o anticipo del futuro partido republicano radical- socialista de Soria del cual sería su cabeza visible.
En julio de 1936 fue vilmente secuestrado y asesinado por el alzamiento militar.
Benito Gaya Nuño:
Tardelcuende 1908 - Soria 1953. Hijo mayor de don Juan Antonio. Lo recuerdo siempre, con la sonrisa en los labios. Como buen humanista, poseía el secreto de la "sofrosine" griega, una mezcla a la vez de serenidad, contención y alegría interior, innatas sin duda y hasta maduradas, pese a su desdicha invalidez física, a causa de una parálisis infantil de 1924 y pese también a la triste desaparición de su buen padre.
A su clara inteligencia y a sus dotes intelectuales, unía grandes cualidades de organización, disciplina y capacidad de trabajo, adornando todo ello con un carácter abierto y fino sentido del humor. Licenciado en letras , se ve obligado, primero a dar clases particulares en los para esta familia penosos años de la guerra civil e inicio de la postguerra. En 1943 gana por oposición una cátedra de Griego, de institutos, ejerciendo, primero en Bilbao, y desde 1944 hasta su muerte prematura, en el "Antonio Machado", de Soria. En 1948 lee su tesis doctoral, con premio extraordinario, en la Universidad de Madrid, Escritura y lengua cretenses, siendo publicada con el título de minoiká, que obtiene el premio "Luis Vives" (1949) del CSIC. Colaboró en revistas especializadas como Emérita, Humánitas, Minos y Archivo Español de Arqueología. Fue vicepresidente del Centro de Estudios sorianos y colaborador de su revista "Celtiberia", en la cual publicó entre 1951 y 1953, muy interesantes trabajos: Soria visigoda; ensayo de una síntesis (1, 59-68); Toponimia y arqueología sorianas. El sustrato ibérico" (nº 2, 211-20);"Soria a través de sus viajeros. El archero Cock y la jornada de Tarazona" (nº4, 275-82).
Fue un buen humanista tempranamente malogrado por una cruel enfermedad.
Juana Pérez:
Primer registro de una víctima de la violencia de género en esta localidad.
En julio de 1932, la prensa nacional se hizo eco de una triste noticia de un pueblo de Soria.
Titulaban "Parricidio en Tardelcuende" Juana Pérez había sido brutalmente asesinada por su marido, en un horrible crimen cometido a unos 7 kilómetros de la localidad. Los hechos se produjeron en el monte de la localidad, en el cual el esposo asestó según la prensa de entonces, 7 puñaladas en el cuello. En la prensa nacional no supo cual fue el móvil que había llevado a cometer esta barbarie.